El duende de Navidad y las medias pérdidas (Parte 2 de 2)

En la mañana, el pequeño Eddy saltó de la cama y se apuró a chequear su trampa para duendes. Una sorpresa lo estaba esperando… la caja no tenía ni dulces ni galletas, ¡tampoco había rastros de duendes!

Pero la caja no estaba vacía. Tenía una hoja de papel con un mensaje escrito:

“Querido Eddy,

Gracias por los deliciosos dulces y galletas, fue muy generoso de tu parte.

Firma: Dainty, el duende.

P.D.: Me gusta mucho tu estilo, creo que eres muy educado y elegante.”

¡Eddy estaba muy emocionado por la confirmación que había un duende en su casa! También se sentía halagado por el cumplido que el duende le dio, pero no le solucionó el problema de las medias. Entonces decidió contestarle la nota al duende:

“Querido duende Dainty,

Gracias por tu visita y tus cálidas palabras sobre mi estilo. Tengo que preguntarte algo, ¿fuiste tú quien tomó todas las medias que no puedo encontrar? Me disculpo de antemano si no eres tú el responsable de esto, pero es una situación muy molesta para mí.

Firma: Eddy

P.D.: Aquí hay más dulces para ti.”

Antes de irse a la cama esa noche, Eddy puso el mensaje en la caja con algunos dulces para el duende. ¡Le costó mucho dormirse porque estaba muy ansioso por saber si el duende había tomado sus medias!

En la mañana, Eddy se acercó a la caja con nerviosismo, esperando encontrar al duende para poder hablar con él persona de una vez por todas. ¡Ay! no había ningún duende. En lugar de eso, la caja contenía una carta… ¡y más medias! Eddy agarró la carta primero

“Querido Eddy,

Debo confesar que fui yo quien tomó prestado algunas de tus medias. ¡Lo lamento mucho pero no puedo evitarlo!

Pertenezco al clan de duendes que hacen el bien. Nos envían en misiones a los hogares de los niños para observarlos y reportar a Santa si los niños se han portado bien o mal. Esta información es analizada por una máquina que hace sus cálculos y brinda el veredicto final de “Bueno” o “Malo”.

Sabemos que debemos ser discretos pero algunas veces nos apegamos mucho a los niños que observamos. Cuando esto sucede, nos tentamos a mantener un objeto que nos ayude a recordar al niño.
Nos enternece luego mirar a ese objeto y recordar todos los gestos de amabilidad y generosidad de su dueño.
He estado cuidándote por un tiempo ya y realmente admiro la actitud respetuosa que tienes frente a tu madre. Estoy también impresionado con el cuidado que tienes al elegir tus atuendos. Tienes medias muy bonitas… ¡y quería quedarme con algunas para recordarte!

Entiendo que esto seguramente te molestó. ¡He decidido devolverte algunas de las medias así ambos pies pueden permanecer calientes!

Sinceramente,

El duende Dainty.”

Eddy miró alrededor de su cuarto, preguntándose dónde se podría estar escondiendo el duende… No hay rastro de él, ¡además de las medias que había dejado al fondo de la caja! Eddy las observó una por una y ¡rápidamente se dio cuenta que ninguna de esas medias eran de él! El chico estaba perplejo y decidió escribirle otro mensaje al duende.

“Querido duende Dainty,

Gracias de nuevo por tus cálidas palabras que me llegaron al corazón. También te agradezco por devolverme algunas de las medias. Lamentablemente, ¡ninguna de ellas son mías! Las puse de nuevo en la caja así se las puedes devolver a quien le pertenecen.

Firma: Eddy
P.D.: Espero que puedas encontrar mis medias.”

Eddy puso las medias en la caja y agregó más dulces para el duende. Trató de mantenerse despierto esa noche así podía ver si Dainty lo visitaba, pero el cansancio le ganó y se durmió profundamente.

Tan pronto como despertó, el pequeño Eddy corrió a chequear la caja. Una vez más, encontró algunas medias que no coincidían y un mensaje.

“Querido Eddy,

Me disculpo una vez más. Lamentablemente no soy tan ordenado y limpio como tú y tampoco recuerdo donde puse tus medias. El tiempo está corriendo y debo volver al Polo Norte. ¡Aquí te dejo algunas otras medias que creo que lucen particularmente bien! Te aliento a ser original y emparejarlas con otra. ¡Libera tu creatividad! Un poco de fantasía no le hace mal a nadie… estoy seguro que se te ocurrirán combinaciones interesantes.

¡Adiós querido amigo! ¡Fue un placer y un honor, cuídate!

El duende Dainty.”

En un principio, el chico estaba un poco triste por no haber recuperado sus queridas medias. Le echó un vistazo más de cerca a las medias que Dainty le había dejado y debía admitir que el duende tenía razón. Estas medias tenían patrones divertidos que eran lindos de ver y mezclar.

Animado por el duende, Eddy decidió ponerse creativo y usar dos medias distintas. ¡Le daba un toque diferente a su vida y hacía que preparar sus atuendos fuera mucho más divertido! En la escuela, algunos niños primero se burlaron de él. Pero de a poco, los niños comenzaron a imitarlo. Luego de unas semanas muchos de los otros niños se unieron a esta nueva moda llamada Eddy. Seguían sus consejos en la combinación de colores y patrones. ¡Terminó haciendo muchos nuevos amigos!

Inclusive cuando creció y se convirtió en adulto, Eddy continuó usando medias que no combinaban. Tuvo una carrera en la industria de la moda y su estilo original le consiguió admiradores alrededor del mundo. Cuando se miraba las medias divertidas que se asomaban al final de su pantalón, el crecido Eddy recordaba con cariño al duende que lo ayudó a agregar una buena dosis de fantasía a su vida.