El ratón come libros

Temprano en la mañana mientras la mayoría de la gente duerme en la aldea, Lanky el elfo ya había comenzado el día. ¡Había mucho trabajo por hacer en la biblioteca de Santa!

Pilas de libros estaban esperando para que los pusieran de nuevo en los estantes. Tibö, un joven elfo en entrenamiento estaba ayudando a Lanky en sus tareas. Tibö estaba hipnotizado mientras Lanky le daba un tour por la gran biblioteca.

“¡Qué increíble!”, dijo Tibö. “¡Nunca vi tantos libros en toda mi vida!”

“Hay tanta cantidad de libros en la biblioteca de Santa como de niños en el mundo”, explicó Lanky. “Santa escribe todos los detalles sobre cada niño en esos libros.”

“¡Eso parece ser mucho trabajo! ¿Cómo lo hace?”, preguntó Tibö.

“Santa trabaja muy duro pero recibe ayuda de los elfos”, contestó Lanky. “Tomamos nota del comportamiento de los niños y agregamos imágenes de ellos en los libros junto con las cartas y dibujos que mandan.”

Lanky caminó hacia una pila de libros tan alta como una torre.

“¿Ves esta pila? Estos son todos los libros que se han actualizado recientemente.

Nuestra misión es ponerlos de nuevo en los estantes. De esa forma, cuando un niño usa la consola de Polo Norte Portable para contactar a Santa, podremos encontrar su libro

personalizado rápidamente.”

“¡Ya veo!”, dijo Tibö. “Santa usará el libro de cada niño para ver cómo fue su año.”

“¡Eso es! ¡Estoy muy satisfecho de ver que entiendes el proceso joven elfo! Ahora, volvamos a trabajar ¡Hay mucho por hacer!”

Lanky escaló en la escalera y agarró el libro que estaba en la cima de la pila. De repente se escuchó un grito.

“¿Lanky? ¿Qué está pasando?”, preguntó Tibö, muy preocupado.

Lanky se quedó en silencio y agarró otro libro. “¡Ay no! ¡Esto no puede ser cierto!”

Lanky bajó rápidamente con los dos libros y se los mostró a Tibö.

“¡Mira! ¡Alguien ha mordisqueado las tapas de los libros! ¡Ya ni se pueden leer los nombres de los niños a quienes pertenecen!”

Tibö observó de cerca ambos libros. Las tapas tenían marcas y pequeños agujeros que le recordaron al queso Suizo.

“Parece que un ratón fue quien hizo eso a los libros”, dijo Tibö.

“No lo entiendo”, dijo Lanky. “Es la primera vez que esto pasa. Es muy molesto. Estos deben de ser arreglados así podemos identificar a qué niños pertenecen.”

Un Lanky muy preocupado apartó los libros y comenzó a poner Gordot, el elfo llegó para tomar el control. Trabajó todo el turno de la noche en la biblioteca. Era un elfo muy amigable pero siempre parecía estar siempre con sueño. También era conocido en la aldea por su gusto de los dulces. Lanky comenzó a explicarle la situación.

“Es muy importante que los libros de los niños estén en buena forma”, le dijo Lanky a Gordot. “¡Vigílalos y si ves un ratón atrápalo y pídele una explicación!”

“Mantendré mis ojos bien abiertos”, prometió Gordot.

Lanky y Tibö se fueron de la biblioteca hacia la cafetería de la aldea. Un Tibö muy cansado se refregaba los ojos.

“¡Nunca pensé que trabajar en la biblioteca de Santa me dejaría tan exhausto!”

“Comamos algo liviano y vámonos a la cama. Comenzamos muy temprano mañana de nuevo”, contestó Lanky.

La cama de Tibö era muy cómoda, pero estaba un poco agitado mientras dormía. Seguía soñando con cientos de ratones devorándose las tapas de los libros. Pudo levantarse

temprano y lentamente comió su bowl de avena, todavía alterado por sus pesadillas.

Cuando llegó a la biblioteca, Lanky ya estaba allí. Se veía totalmente desanimado.

“Mira”, dijo apuntando hacia una pila de libros. “¡Cinco libros más fueron comidos mientras no estábamos!”

“¡Ay, no!”, dijo Tibö. “¿Gordot vio algún ratón durante el turno de la noche?”

“No. Dijo que no ha visto nada fuera de lo común. Sospecho que toma siestas durante su turno. El ratón podría hacer sacado provecho de que estaba durmiendo para comer los libros.”

“Pero ¿por qué querría un ratón comer libros? ¡Es una comida muy rara!”, preguntó Tibö.

“Voy a salir”, contestó Lanky. “Voy a pedir prestado uno de los gatos que viven en el granero y hacer que atrape al ratón esta noche.”

“Excelente idea”, dijo Tibö. “¡Si Gordot el elfo no ha podido atrapar al ratón, seguro que el gato podrá!”

Ambos elfos pasaron el día guardando libros. Cuando Gordot apareció para el turno de la noche, Lanky le pidió a Tibö que trajera un gato del granero de los renos. Tibö agarró un gran gato negro que era conocido por ser un buen cazador de ratones.

Tibö tuvo problemas para dormir de nuevo porque estaba muy emocionado. ¿El gato atraparía al ratón come libros? ¿Averiguaríamos por qué el ratón de repente quería comer los libros de los niños? ¡Vuelve más tarde para leer el resto de la historia!